Existe toda una maquinaria capitalista escondido detrás de los discursos de superación, de la autoayuda como producto de consumo, del "sé feliz", "sonríe", "vive". Se ha diseñado todo un marco teórico para anular e invisibilizar cualquier tipo de sufrimiento subjetivo que puedan generar las condiciones de la existencia. En la sociedad rige la obligación a ser feliz, a ser racional y sano. Se castiga cualquier desvío de la norma, aunque sea fuera del horario de trabajo. Nadie sabe, pero estamos sufriendo.
“(…) Y un tipo o polo esquizo-revolucionario que sigue las líneas de fuga del deseo, pasa el muro y hace pasar los flujos, monta sus máquinas y sus grupos en fusión, en los enclaves o en la periferia, procediendo a la inversa del precedente: no soy de los vuestros, desde la eternidad soy de la raza inferior, soy una bestia, un negro.” (Deleuze & Guattari)
martes, 5 de abril de 2016
feliz, feliz, feliz
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