“(…) Y un tipo o polo esquizo-revolucionario que sigue las líneas de fuga del deseo, pasa el muro y hace pasar los flujos, monta sus máquinas y sus grupos en fusión, en los enclaves o en la periferia, procediendo a la inversa del precedente: no soy de los vuestros, desde la eternidad soy de la raza inferior, soy una bestia, un negro.” (Deleuze & Guattari)

miércoles, 21 de enero de 2015

El intelectual del YO

El juego de las clasificaciones y especializaciones funciona a todo nivel en el vivir de la Jovencita (léase tiqqun) intelectual, deleuze con guattari no se equivocaron cuando decían que el revolucionario en cuanto a lo preconsciente sigue estando sometido ya que presenta características inconscientes de sometimiento, el caso del intelectual occidental es ejemplar; éste persigue la lógica -siempre exitosa en el capitalismo espectacular- del YO: un YO construido a través del deseo fabricado como necesidad desde el sueño masturbatorio de llegar a SER el privilegiado agente de la verdad frente a la escasez de la misma en el Otro (ningún intelectual querrá estar afuera con la otredad), entonces tiene sentido la especialización y clasificación de su intelectualidad del YO, la que nos llama a regocijarnos de la autoría y a ser alguien.
Frente a este nuevo enemigo, policía privilegiado y único del saber, es preciso borrarse y atacar, ser violento y prostituir lo que ellos romantizan, desertar de la universidad, del grupo de jovencitos filósofos y devenir anonimxs para no ser nadie, en vez de SER ellos, quemarles.

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