“(…) Y un tipo o polo esquizo-revolucionario que sigue las líneas de fuga del deseo, pasa el muro y hace pasar los flujos, monta sus máquinas y sus grupos en fusión, en los enclaves o en la periferia, procediendo a la inversa del precedente: no soy de los vuestros, desde la eternidad soy de la raza inferior, soy una bestia, un negro.” (Deleuze & Guattari)

viernes, 21 de noviembre de 2014

Caso Víctor Montoya. Solidaridad para algunos y para otros no


Víctor Montoya es un joven estudiante, deportista, que pasó más de un año en la cárcel tras ser acusado de instalar una bomba en una comisaría. Su familia y distintos grupos ciudadanos y no, iniciaron potentes campañas solidarias durante todo el proceso (hasta yo mismo habré pegado algún afiche por la libertad de Montoya). En el fondo todos sabíamos que Víctor era víctima de un montaje mediático-policial, no porque el joven fuera sano y sólo los insanos ponen bombas, sino porque las pruebas que presentaba la Fiscalía eran para reír -cuando no eran adulteradas-, hecho que quedó demostrado luego de que Montoya quedara absuelto por segunda vez, absolución que ya no permitirá que se le acuse del mismo delito. 
Lo que llama la atención de este caso, más allá de su significante política, fue la gran adhesión ciudadana-solidaria que tuvo, cuestión que no sucede con otros presxs acusados de lo mismo, ¿tendrá relación con la fabricación de la imagen de joven sano, estudiante, deportista, que la familia de Víctor Montoya presentó a los medios masivos?, tal vez, el hecho es que por Montoya se solidarizo porque resultaba conveniente defender a un joven de familia, rebelde porque es joven.
Es una alegría la salida de cualquier presx politico desde las cárceles, este caso no causa menos alegría, obviando que no tengo afinidad alguna con Montoya o con sus discursos poco solidarios con otrxs presxs. Lo que discuto no es su caso, sino la falta de solidaridad con otros presxs, ¿por qué no se solidariza igual que como con Montoya, con Hans Niemeyer, Nataly Casanova, Juan Flores, y hasta por el niñx prisionero del Sename? Bien por Montoya, pero acá hay mucha hipocresía ciudadana en gente que solidariza cuando se puede apelar a nociones propias de la justicia, o cuando el preso es un estudiante sano, y no un niñx drogadicto del psiquiátrico. Eso discuto. Abajo todas las cárceles, especialmente las intangibles.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

hipermilitancia pesimista, Foucault

Michel Foucault, 1983:
[Mi intención no es decir que todo es malo, sino que todo es peligroso, y ser peligroso no es exactamente lo mismo que ser malo. Si todo es peligroso, siempre tenemos entonces algo que hacer. MI posición, por tanto, no conduce a la apatía sino, al contrario, a una hipermilitancia pesimista. Creo que la elección ético-política que demos hacer todos los días es determinar cuál es el principal peligro]

lunes, 17 de noviembre de 2014

Dejar de ser humanos, negarse a Ser

"Es probable que hoy en día el objetivo más importante no sea descubrir qué somos sino rehusarnos a lo que somos."
Foucault

El antropocentrismo y el humanismo son la misma cosa, los humanistas insisten que no, pero cuando con las primeras sociedades civilizadas nace la ficción y realidad llamada humano, el Ser y la reciente humanidad se convierten en el cuerpo del planeta, sobre los animales, pasan a ser el punto inicial del proceso que produce a la naturaleza dentro del Hombre. El humano es la ideología absoluta. Antes del ser humano no había existencia como la conocemos, el humano existe porque trajo consigo el campo de la razón práctica y teórica, es el maquinista de la realidad como producción a partir de su consciencia, el humano es el ser autocreado para soportar la existencia y permanencia de su razón de ser. El ser humano es el todo, asesino de la nada, se identifica así mismo como un todo, contrario de la nada, a sabiendas que la nada no es su contrario. El Ser nunca dejara de ser humano, por lo cual la destrucción del ser y su existencia implica la destrucción del humano, o la negación a éste, en el paisaje de la deshumanización no existente. El humano no es animal pero se alimenta de los animales, siempre comera sus carnes y cuando no, sera por su sensibilidad humana por quién identifique como débil, a partir de esta jerarquía sobre la animalidad nacen los humanos vegetarianos como subidentidad funcional. La humanidad seguira sometiendo porque así demanda su existencia y realidad. Pero en la otredad, en el mundo imaginario de la sinrazon, donde la humanidad es asesinada, surgen los flujos de negación al Ser e invitación al devenir, entre el instinto y la voluntad de no tener voluntad humana.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

El rebelde siempre vende

La rebeldía vende, esto no sorprende, participo en un periódico que vende porque lo identifican como rebelde, pero cuando se lee causa mucha más peste. En todo intercambio capitalista, para que un producto pueda venderse en la rueda, necesita que sea temporal y plástico, la rebeldía no es excepción a esto, no por nada se tolera y felicita en el jovencito (es de esperar que tenga pene), tal como decía tiqqun, las muecas del rebelde siempre venden. El problema viene a ser otra vez la identidad (la del rebelde), y los aparatos de verificación asociados, en este caso mediáticos. Cuando determinados autores venden no suele ser por sus obras, sino porque la maquinaria social los construye como identificaciones y arquetipos de algo, llámese "rebeldía" u otra cosa. La verificación social traduce al rebelde, este siempre vende. Dirán que nietzsche vende, dirán que foucault vende, y lo hacen, pero no por el contenido de lo que escribieron, sino como productos que fueron construidos desde la intelectualidad académica. El autor siempre vende, es cierto. Parte de negarnos a la rueda de venta-producto-compra consiste en el abandono total de la autoría, esta siempre personaliza, y funciona a partir del deseo producido de reconocimiento. No es "el subversivo", la subversión vive en la multiplicidad, en la negación a la identificación, a Ser.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Redes de saberes informales

Necesitamos liberar los saberes de la red legal y formal, necesitamos crear redes de información en la periferia, aunque no tengamos servidores online pagados, pirateamos y corrompemos una red imaginaria y no tanto. Necesitamos enclaves temporales de saberes liberados, necesitamos quemar la escuela, la academia, el museo, y cualquier institución que funcione como comisaria de los saberes o morgue de eso que llaman Arte. Ya alguna vez los situacionistas manifestaron el desprecio a la universidad y al estudiante; el arquetipo gustoso de representar a la institución productora de privilegiados. Los artistas y los estudiantes como figuras identitarias deberán ser destruidas, corrompidas, en pos de la liberación de los saberes. Liberarles no es nunca democratizarlos, dirán que es solo una diferencia semántica, y no, la liberación no implica regulaciones, obligaciones, normativas, propias de la democratización.