miércoles, 2 de diciembre de 2015
Tiqqunim: Today Lybia, tomorrow Wall Street
jueves, 29 de octubre de 2015
huyendo de cualquier estado de sobriedad
viernes, 2 de octubre de 2015
Artillería Inmanente: Félix Guattari / Todos somos grupúsculos
lunes, 23 de marzo de 2015
Culto al sacrificio o el ateo como religioso
jueves, 5 de marzo de 2015
El mendigo y la fuga
jueves, 19 de febrero de 2015
El simulacro como resistencia a la sociedad platónica
martes, 10 de febrero de 2015
Última advertencia para el Partido Imaginario (TIQQUN)
concerniente al espacio público
Artículo Primero
domingo, 1 de febrero de 2015
NO HAY CÁMARAS
"El saqueo de realidad practicado por la cámara se sustituye por el saqueo de imágenes desviadas por un nuevo montaje."
Madame Lamort: Cartapoema
jueves, 22 de enero de 2015
Destruyamos al artista
miércoles, 21 de enero de 2015
simulacro y resistir, negar y destruir
El intelectual del YO
El juego de las clasificaciones y especializaciones funciona a todo nivel en el vivir de la Jovencita (léase tiqqun) intelectual, deleuze con guattari no se equivocaron cuando decían que el revolucionario en cuanto a lo preconsciente sigue estando sometido ya que presenta características inconscientes de sometimiento, el caso del intelectual occidental es ejemplar; éste persigue la lógica -siempre exitosa en el capitalismo espectacular- del YO: un YO construido a través del deseo fabricado como necesidad desde el sueño masturbatorio de llegar a SER el privilegiado agente de la verdad frente a la escasez de la misma en el Otro (ningún intelectual querrá estar afuera con la otredad), entonces tiene sentido la especialización y clasificación de su intelectualidad del YO, la que nos llama a regocijarnos de la autoría y a ser alguien.
Frente a este nuevo enemigo, policía privilegiado y único del saber, es preciso borrarse y atacar, ser violento y prostituir lo que ellos romantizan, desertar de la universidad, del grupo de jovencitos filósofos y devenir anonimxs para no ser nadie, en vez de SER ellos, quemarles.
miércoles, 14 de enero de 2015
Conquistar la soledad como acto de negación a SER
Preguntarse cual es la soledad es preguntarse cual es la libertad, no hay entendimiento exacto de una o la otra más que en el imaginario de lo abstracto, aún así parece haber un fuerte deseo de ambas cuya producción deseante inevitablemente estará al lado de la fuga y del exilio, esto porque tanto la libertad como la soledad se encuentran en el campo de lo prohibido.
Desear la soledad -y la libertad- es desear la destrucción y la negación de lo establecido, es negarse a participar en la sujeción que nos exige ser sujetos en determinados parámetros de normalidad, es oponer la nada frente al todo. Precisamente se teme a la soledad porque es destructiva, es el conflicto inmediato con todo lo que soporta el mundo de la razón. Temer a la soledad es temer perder la razón; se teme perder la identidad: el SER teme estar solo porque al encontrarse como tal se producira el caos al despojarse de su reconocimiento como SER (no habrá nadie que le reconozca como un YO) y es por esto mismo que conquistar la soledad es tan revolucionario como aquella conquista del pan (se quiere el pan por el deseo de los oprimidos), la soledad es el contrario del mundo del SER, por esto mismo el solitario es su contrario, nunca un ser o un individuo (no dividido), el solitario es el fugitivo del mundo de los nombres propios, nadie buscara al solitario, nadie conoce al exiliado y es porque el no es él, es nadie.