"Conté cinco días y al sexto comencé a cuestionarme si en verdad no habían pasado ocho. Por primera vez en ese tiempo me quedé solo, ya no podía ver a nadie más. Pensé en recoger las botellas, pero al mismo tiempo recordé el ruido que expulsan al ser sacudidas todas juntas y decidí dejarlas en el suelo. Encendí mi estéreo y tomé un cigarrillo de los que había dejado Charlotte en la mesa de la cocina. No es que no haya nada más después de esto, sino que hay todo.
De las bocinas comienza a sonar la voz de Leonard Cohen, y enciendo la televisión a pesar de que no veré nada. Quiero sentirme vacío pero no puedo. Recuerdo los rostros de las personas que justifican mi estadía cerca del alcohol. Dylan Thomas, Amedeo Modigliani, incluso Marlon Brando. Soy un borracho funcional y estoy bastante seguro de que ellos también lo eran. Apenas han pasado cinco horas y ya extraño a mis amigos."
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