“(…) Y un tipo o polo esquizo-revolucionario que sigue las líneas de fuga del deseo, pasa el muro y hace pasar los flujos, monta sus máquinas y sus grupos en fusión, en los enclaves o en la periferia, procediendo a la inversa del precedente: no soy de los vuestros, desde la eternidad soy de la raza inferior, soy una bestia, un negro.” (Deleuze & Guattari)

sábado, 11 de octubre de 2014

niñas disidentes

"Como cucarachas en primavera aullamos. Como sarna de callejeros formamos jaurías en las noches des-centricas de algo parecido a una ciudad. ¿QUE QUERÉS SER CUANDO SEAS GRANDE? no nos interesa crecer, no queremos dejar de ser niños Si nos perdemos, mejor. Traigan sus juguetes, les invitamos a jugar a todo menos a ser grandes" el ex burdel de la colina.

En principio todas fuimos disidentes; es decir éramos niñas, no obstante ello no quiero que esta declaración política se vuelva una suerte de romantización de eso que llaman ser niños, aunque sin intención puede caer en ese error fatal. La disidencia deviene en la fuga del niño de la norma del padre, éste su eterno enemigo. Siempre en conflicto con la sociedad de los adultos, el niño debio ser asesinado, y esta muerte significó que su potencial revolucionario se consumiera en la nueva creación que le han impuesto. El niño muere y aparece el Hombre adulto razonable, es un nuevo Ser jurídico-disciplinario dispuesto a todo por aplastar la fuga.
El devenir de los niños implica necesariamente ser huérfanos y enemigos de los padres, éstos son los soberanos qué en primera instancia subjetivizan las cuerpas, y llevan la vida a obligaciones, contratos, y normas a cargo de los adultos. Entonces ser también enemigos de los adultos que se encargaron de construir los soportes de violencia simbólica, discursiva y física; todas ellas normadas bajo lo que ellos llamaron familia y amo-r.
Tampoco se tratara de una cuestión etaria, muchos menos de una forma de apelación a conceptos propios de la psicología del desarrollo como infancia u otros, en realidad hablo de destruir lo que atrae asociado la identidad-adulto, por lo cual devenir de los niños no será una identidad subalterna o etapa bonita como postulan los románticos "pro-niños", sino un rechazo absoluto de la identidad y sus aparatos, una línea de fuga. Seremos niñas huérfanas, sin padres, o sea sin amos; significará desterritorializar nuestras añejas vidas, destruyendo ladrillo por ladrillo como las hemos vivido hasta ahora.
La reconciliación como muchas otras entre niños y padres no sucedera como querían, en todo caso será necesario el devenir de la manada vagabunda en un llamamiento a matar al padre y a la familia amo-rosa, pero esto será un juego, porque jugar al Caos es el atentado contra el estado norma-l de las cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario