“¿Que puede ser fatal, loco, desmedido? Quizás. Pero lo cierto es que en cuanto a la responsabilidad o a la irresponsabilidad, nada sabemos de tales nociones: se las dejamos a la policía y a los psiquiatras de los tribunales”(Deleuze & Guattari, 1972)
Michel Foucault nos dice que desde final del S. XVIII y principio del S. XIX comenzarían las sociedades disciplinarias dejando atrás a sus antecesoras: las sociedades soberanas, donde la dominación era visible, así mismo la rebelión era palpable, y un temor recurrente para el poder político. En las sociedades disciplinarias en cambio, la dominación funciona de forma invisible, por dispositivos virtuales, y es constante, no necesita a un policía, introduce el policía en nuestras cabezas, se codifica en nuestros cuerpos, subjetiviza, normaliza, y nos vuelve a todos en agentes disciplinarios, y (re)productores del orden imperante, que además tiene una serie de instituciones normativas como soporte, tales como escuelas, hospitales, cuarteles, prisiones y otras.
Foucault va decir que los sistemas disciplinarios tienen su resistencia en “…el elemento que no puede clasificarse, el que escapa a la vigilancia, el que no puede entrar en el sistema de distribución, en síntesis, el residuo, lo irreductible, lo inclasificable…”(1), el filósofo dice también que estos nuevos enemigos del orden solo van a aparecer con la implementación de los sistemas disciplinarios; “El desertor por ejemplo, no existía antes de los ejércitos disciplinados (…) el desertor es quien escapa a ese sistema y es irreductible a él, (…) De la misma manera, desde el momento en que hay disciplina escolar, vemos surgir el débil mental. El irreductible a la disciplina escolar sólo puede existir con respecto a esa disciplina; quien no aprende a leer y escribir sólo puede manifestarse como problema, como límite, a partir del momento en que la escuela sigue el esquema disciplinario. De igual modo, ¿cuándo apareció la categoría que llamamos los delincuentes? Éstos, no los infractores –pues es cierto que toda ley tiene por correlato la existencia de infractores que la violan-, los delincuentes como grupo inasimilable, como grupo irreductible, sólo podían aparecer a partir de la existencia de una disciplina policial con respecto a la cual surgen. En cuanto al enfermo mental, es sin duda el residuo de todos los residuos, el residuo de todas las disciplinas escolares, militares, policiales, etcétera.”(2)
Foucault va decir que los sistemas disciplinarios tienen su resistencia en “…el elemento que no puede clasificarse, el que escapa a la vigilancia, el que no puede entrar en el sistema de distribución, en síntesis, el residuo, lo irreductible, lo inclasificable…”(1), el filósofo dice también que estos nuevos enemigos del orden solo van a aparecer con la implementación de los sistemas disciplinarios; “El desertor por ejemplo, no existía antes de los ejércitos disciplinados (…) el desertor es quien escapa a ese sistema y es irreductible a él, (…) De la misma manera, desde el momento en que hay disciplina escolar, vemos surgir el débil mental. El irreductible a la disciplina escolar sólo puede existir con respecto a esa disciplina; quien no aprende a leer y escribir sólo puede manifestarse como problema, como límite, a partir del momento en que la escuela sigue el esquema disciplinario. De igual modo, ¿cuándo apareció la categoría que llamamos los delincuentes? Éstos, no los infractores –pues es cierto que toda ley tiene por correlato la existencia de infractores que la violan-, los delincuentes como grupo inasimilable, como grupo irreductible, sólo podían aparecer a partir de la existencia de una disciplina policial con respecto a la cual surgen. En cuanto al enfermo mental, es sin duda el residuo de todos los residuos, el residuo de todas las disciplinas escolares, militares, policiales, etcétera.”(2)
Mucha importancia en el mantenimiento de la sociedad disciplinaria tiene la división normal y anormal; lo segundo siempre como lo desviado, enfermo y patológico frente al primero, lo sano. Para construir al normal es necesario configurar un “individuo” a partir de procedimientos que determinan los poderes políticos. Se subjetiviza el cuerpo para crear al “individuo normal”, quien se volverá el agente por excelencia de la sociedad disciplinaria, este individuo es entonces la creación de instituciones medicas y disciplinarias, Foucault dirá –“…el individuo es, desde el comienzo y por obra de esos mecanismos, sujeto normal, sujeto psicológicamente normal; y por consiguiente, la desubjetivización, la desnormalización, la despsicologización, implican necesariamente la destrucción del individuo como tal”(3), siguiendo a Foucault, las líneas de fugas rizomaticas surgen de la superación del individuo-normal, en pos de la marginalidad y desobediencia frente a la Norma que sigue.
Otra cuestión a tener en cuenta, es que la sociedad disciplinaria no permite la fuga y la diferencia, parte de patologizarlo consiste en su normalización forzosa, por ello crea sistemas disciplinarios complementarios. En el marco de su propia creación: la diversidad; introduce su discursiva en el propio marginado, crea terapias para el loco, escuelas especiales para el ajeno al consenso cognitivo, y una serie de instituciones que servirán para aplastar y suprimir cualquier fugitivo.
Escrito por Orlando S.
antipsiquiatria@riseup.net
Bibliografía:
(1) . Clase del 21 de Noviembre de 1973. El poder psiquiátrico, Michel Foucault
(2) . Clase del 21 de Noviembre de 1973. El poder psiquiátrico, Michel Foucault
(3) . Clase del 21 de Noviembre de 1973. El poder psiquiátrico, Michel Foucault
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