“(…) Y un tipo o polo esquizo-revolucionario que sigue las líneas de fuga del deseo, pasa el muro y hace pasar los flujos, monta sus máquinas y sus grupos en fusión, en los enclaves o en la periferia, procediendo a la inversa del precedente: no soy de los vuestros, desde la eternidad soy de la raza inferior, soy una bestia, un negro.” (Deleuze & Guattari)

jueves, 25 de septiembre de 2014

El secreto del fracaso es no creer

Qué desagrado la gente que cree; creen en la familia, creen en dios, creen en la propiedad, creen en el político, creen en el ídolo, creen en la ideología, creen en el Hombre, creen en el pueblo, creen en la identidad, creen en el amor, creen en la salud, creen y creen. La tiranía normalizada de la credulidad soporta la dominación de una servidumbre crédula y optimista, la resistencia entonces nunca se trata de creer, sino de Crear, inventar. Algo parecido a lo que decía TIQQUN –“no necesitamos creer en programas de liberación, sino crear practicas de libertad”, o algo así. No se cree en el anarquismo, se crea algo que algunos quieren llamar anarquía. 

Pero las personas insistentemente creen, lo que me hace pensar en el ejemplo contingente de la izquierda y su teórico de conspiraciones que en su vaga credulidad teórica apuntará casi por cliché a la derecha de estar detrás de todo lo “malo”, ya sabemos que las cosas son un poco más complicadas que eso. No importará –nunca como resistencia- lo que crean o creamos, sino siempre lo que analicemos o reflexionemos en profundidad, y libre de sensibilidades pre-construidas, pero bueno, es más rápido creer y ya.

Creemos en Nada, y Nadie cree en nosotras. 

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