“(…) Y un tipo o polo esquizo-revolucionario que sigue las líneas de fuga del deseo, pasa el muro y hace pasar los flujos, monta sus máquinas y sus grupos en fusión, en los enclaves o en la periferia, procediendo a la inversa del precedente: no soy de los vuestros, desde la eternidad soy de la raza inferior, soy una bestia, un negro.” (Deleuze & Guattari)

viernes, 26 de septiembre de 2014

La Familia en algunos términos de Foucault, 1° parte

Siguiendo con mi lectura de algunas de las clases que Foucault realizo en los 70, y que fueron transcritas en el libro “El poder psiquiátrico”, me pareció oportuno extraer una serie de cuestiones que analiza el filósofo sobre la familia. Foucault dice que la familia es una institución que conservo la organización del antiguo régimen; de la sociedad soberana donde la jerarquía y el flujo de poder dominante es de un soberano: en este caso, el padre. La familia mantiene su estructura por soberanía y no por la monotonía propia de la sociedad disciplinaria donde ahora se ubica, esto no es casual, Foucault dirá –“Creo posible decir lo siguiente: la familia, en cuanto obedece a un esquema no disciplinario, a un dispositivo de soberanía, es la bisagra, el punto de enganche absolutamente indispensable para el funcionamiento mismo de todos los sistemas disciplinarios.”, esto quiere decir que la familia cumple un papel necesario para los sistemas disciplinarios, se traduce en la imposición del sistema por la soberanía forzosa de la familia.

Michel Foucault dirá que su soberanía -de la familia- debe ser imperante porque "...tenemos una referencia constante a un tipo de lazos, compromisos y dependencia que se ha establecido de una vez por todas con la forma del matrimonio o nacimiento (...) Para estar obligados a ir a la escuela, es preciso que actúe esa soberanía que es la familia (...) ¿Qué significará la obligación del trabajo si los individuos no estuvieran incluidos, ante todo, dentro de ese sistema de soberanía que es la familia? (...) La familia también tiene, creo, otra función; en cierto modo, es el punto cero donde los diferentes sistemas disciplinarios se enganchan entre sí (...) La mejor prueba es que, cuando un individuo es rechazado de un sistema disciplinario por anormal, ¿dónde lo envían? A su familia. Cuando es sucesivamente rechazado de varios sistemas disciplinarios por inasimilable, indisciplinable, ineducable, toca a la familia tomarlo a su cargo; a su vez, la que tiene el papel de rechazarlo por ser incapaz de adherir a ningún sistema disciplinario, y de eliminarlo, sea abandonándolo en la patalogía, sea dejándolo en manos de la delincuencia, etc." (Clase del 28 de Noviembre de 1973, El poder psiquiátrico, Michel Foucault.)

Orlando Esquizo.

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